martes, 1 de noviembre de 2011

los indignados

Desde el 15 de marzo de este año se iniciò un movimiento en varios paises de Europa (en primer Lugar, España) compuesto de desempleados, empresarios arruinados y jubilados exigiendo al gobierno reformas al sistema financiero y al sistema de pensiones; la crisis econòmica que estallò en Estados Unidos en 2008 alcanzò a las economias del viejo continente, arrastrando tras de si millones de trabajos y sistemas de previsiòn social. Actualmente el desempleo alcanza al 20% de la población de España, Portugal, Italia, Grecia y finalmente Estados Unidos, origen del problema. El 15 de octubre de este año, 900 ciudades en diversas partes del mundo, desde Madrid hasta Washington, pasando por Milàn y Londres se unieron para exigir cambios y el fin de los privilegios fiscales de los grandes banqueros y magnates del capital financiero…

Luces y Sombras.

El principal aspecto revelador del movimiento de Los Indignados es la confirmaciòn una vez màs que el sistema econòmico mundial basado en el sistema capitalista, eventualmente entra en crisis cada vez màs profundas, empobreciendo poco a poco pero inevitablemente a millones de personas; en èsta ocasión el turno alcanzò a los paises centrales, los cuales observan cada dia còmo miles de personas pierden sus casas y sus empleos debido a un sistema que privilegia la explotaciòn de los trabajadores de los paises en desarrollo y el capital parasitario, improductivo. Cuanta razòn tenìa Lenin, parece decir la prensa internacional.

Por otra parte, la principal debilidad del movimiento es, que a pesar de la cobertura noticiosa y lo sensacional del fenómeno, no existe evidencia que las acciones de estos cientos de miles de personas tengan un efecto en las polìticas de sus gobiernos. O sea, por mucho ruido que hagan, nada significativo sucederà, ya que en el actual sistema polìtico sus acciones no se traducen en votos y posiciones de poder que en realidad sirvan para cambiar algo.

Esto lleva a la reflexiòn de que el ùnico modo de cambiar algo y superar el actual sistema de cosas es orientar este descontento e integrarlo a las diversas expresiones de lucha, pero con un fin concreto: construir la democracia econòmica y polìtica necesaria para destruir el poder de los grandes explotadores (a nivel mundial y local). Todavía resta un largo camino por recorrer por la liberación de la Humanidad.