"Me dio cierta tristeza reflexionar sobre el futuro de estos jóvenes; no muy prometedor. Imaginé qué pondrían en su currículo y qué responderían en su primera entrevista de trabajo, al ser consultados sobre sus habilidades: tengo conocimiento exhaustivo de la memoria histórica."
Y en otra parte:
"... Los estudiantes estarían mejor servidos enfocando más atención a cultivar habilidades y conocimiento en la lengua chino mandarín, programación, química, electrónica, física, matemáticas comerciales; a leer con profundidad y escribir con estructura y soltura, a ser creativos y emprendedores. Esto les puede fortalecer para salir adelante en la vida. Uno de los dones y habilidades más importantes que se puede cultivar en una mente joven, o de cualquier edad, es la capacidad de razonamiento crítico.
Considero erróneo su punto de vista. El conocer el pasado nos permite juzgar el presente y su origen, y enmendar lo que está mal, desarrollar una ciudadania crítica, lo que necesitamos con urgencia en estos tiempos tan tenebrosos y desmoralizantes. No es crear automatas, tecnocratas sin almas que buscan sólo la ganancia. Ya me gustaría ver a los israeliés hacer a un lado la enseñanza del Shoah (Holocausto) en sus niños y dedicarse exclusivamente a la tecnología, el comercio o la ciencia. El paraiso del fascismo: Olvido y nada más.
Pero este no es la preocupación básica del Lic. Thomas. Su preocupación radica en el hecho que:
" Al enseñar una sola historia, un solo relato, un lente, una “memoria”, se le hace una mala obra, quizás irreparable, a la juventud. La memoria histórica en Guatemala tiene que ver con el relato unidimensional del conflicto armado interno, que tiene carga ideológica y política y que, francamente, es más adoctrinamiento que historia. No ofrece diferentes perspectivas, no invita a la crítica ni la tolera. La educación tiene más que ver con hacer preguntas que con dar respuestas. La memoria histórica no invita a preguntar, cuestionar, a retar la verdad y ponerla a prueba, a especular y aventurar."
Tambien menciona que hay que diferenciar entre adoctrinamiento e historia. Pues bien, supongo (y es mi humilde opinión) que lo que molesta al Lic. Thomas es que la Historia que enseñan actualmente en Institutos tanto privados como públicos no "enseña" lo que él y la UFM quisiera que se enseñara, o sea, que se obviara el hecho de los sucesos acaecidos durante la guerra interna, o bien talvez desde la intervención norteamericana del 54 o bien los estudios sobre la dinámica colonial. O talvéz que se enseñara desde una optica diferente (Carlos Sabino, La Historia Silenciada) para que los futuros ciudadanos no tuvieran una Historia con sesgos ideológicos.
El problema es que el historiador como cualquier ser humano (inclusive Frutz Thomas) está inmerso en una ideología, una concepción del mundo que le hace ver un fenómeno con un diferente punto de vista a de otra persona con otra
cosmovisión. Como ejemplo, hay que leer a Carlos Guzmán Bockler y a Severo Martínez para comparar cómo una misma historia nacional puede tener puntos de vista sino divergentes, por lo menos contrapuestos.
¿Qué quiere el Lic. Thomas? una historia acorde a los intereses de la burguesia, los terratenientes y la oligarquía en general. Una historia aseptica, de agrado para los poderosos y castrante para las clases subalternas... el problema es que hay tantas fuentes históricas (y no sólo el relato oral, tan despreciado por el Sr. Thomas) como estadisticas, monumentos, iconografía, documentos... además del montón de cementerios clandestinos que se excavan en uno que otro destacamento militar (..."Los huesos son del terremoto" ElPeriodico, 8 de julio 2012).
Desafortunadamente para los tanques de pensamiento fascio-liberales, la Historia se ha filtrado tras ese muro de impunidad y silencio que ellos mismos han creado a lo largo de su "perfecta dictadura" y por lo menos el monopolio de la verdad ya no está en su cancha. De ahí los lamentos del Lic.Fritz Thomas.
¿Alguna diferencia entre estas dos fotos? Si, una fue la masacre de Rio Negro, Guatemala, en julio de 1982 y la otra la masacre de Babi Yar, Ucrania, septiembre 1941. Los perpetradores: fascistas guatemaltecos unos, fascistas alemanes otros.
