Desde que el presidente de Venezuela, Tte. coronel Hugo Chavez, inició un nuevo periplo contra su enfermedad, los agoreros de la derecha aquí y allá le rezan a todos los santos, brujos, dioses, etc, para que el cáncer mate a Hugo. Aquí en Guatemala, Alfred Kalshmitt escribió un artículo previo a las elecciones venezolanas tan asqueante... que no vale la pena ni reproducirlo. Igual Mario Antonio Sandoval, compitiendo por lo peor de lo peor.
Hay que reconocer que la principal debilidad de la Revolución Bolivariana es que el poder, su prestigio, el arrastre de votos, la confianza de las masas... todo gira aparentemente alrededor del presidente Chavez. El carisma (tanta razón Max Weber) no se hereda ni se enseña, y hay que reconocerlo: Chavez lo tiene y por eso ha ganado muchas elecciones. El futuro de la Revolución depende (quien sabe cuánto) de la naturaleza de la enfermedad de Chavez.
Pero así como la máxima debilidad de la Revolución es la enfermedad, lo mismo pasa con la derecha reaccionaria (hay derecha no reaccionaria, pues?) que a pesar de tener los medios de comunicación, el favor del imperio y todo el dinero necesario... no han podido vencer al Negro. El Negro los ha vencido en su propia cancha: la legalidad formal burguesa, arrastrando o empujando a las masas a participa. Estos 14 años de Revolución Bolivariana me recuerdan lo que leí sobre la Revolución de Octubre de 1917 por medio de John Reed... las masas en movimiento, ¡Todo el poder a los Soviets¡
Bueno, esa ultima línea estuvo panfletaria.
En la izquierda es tan fácil caer en el culto a personalidad.
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