viernes, 22 de octubre de 2010

Y si todavía falta la verdadera lucha por el socialismo?


Terminé por fin de leer el libro de Barrington Moore Jr., "El campesino y el señor en el origen de la dictadura y democracia". Ilustrativo de la sociología interpretativa tipo Max Webe, señala ciertos puntos que pondrían en cólera a mas de un historiador marxista, por lo menos a los simplones que sólo han leído los ladrillos de la Academía de Ciencias de la URSS. Hay que leer de todo; temo que un dia de estos hasta tendré que leer a Sabino para darle una ojeada a la versión oficial de la UFM sobre la Guerra interna...guaj.
Bueno, pero regresando a Moore, hay una idea que ya había esbozado Ludolfo Paramio en un libro que leí en el 98 y que se refuerza con Wallerstein en "El fin del liberalismo" que implicaba que, interpretación aquí o malentendido allá, la lucha por el socialismo no se ha dado aún, que lo que tenemos y hemos tenido en este momento son los estertores de la sociedad campesina - precapitalista - que se resiste a perecer al paso de la industrialización capitalista. China , Rusia, Cuba, El Salvador, Guatemala, América Latina, etc., básicamente cualquier país que se considere o se consideró subdesarrollado o del tercer mundo simplemente intenta alcanzar la modernización capitalista por las vias ya sea democrática o revolucionaria... dando como resultado los regímenes comunistas, que intentan dejar atrás el subdesarrollo. La intensidad de la lucha se fundamenta en el sentimiento de despojo y la desesperación por la pobreza de las masas campesinas. Otro resultado plausible (según Moore) de la lucha de los estratos sociales atrasados es el fascismo: Japón, Alemania, Italia, España... que también buscan la modernización sacrificando a la larga el modo campesino de vida, como los comunistas (vease la rebelión de Kronstadt en 1918, la colectivización forzosa stalinnista, etc) que procuran alcanzar la industrialización capitalista y sus niveles de consumo. Es evidente, y esa es idea mía, que el modelo de aldea campesina autosostenible precapitalista no puede mantener a la población de los modernos estados capitalistas. Es necesario integrar a los campesinos, o sea, proletarizarlos en base a la introducción de relaciones capitalistas en el campo, como a la larga ha sucedido a diferente ritmo y escala en todos los paises desarrollados. Todo este barullo explicaría por qué la lucha por el socialismo fue más intensa (y hasta triunfante) en los paises de la periferia capitalista (y por ende, con mayor concentración campesina) y no en los países con el capitalismo desarrollado: los campesinos posiblemente luchan por la tierra, reforma agraria, tierra para quien la trabaje... pero los objetivos a largo plazo son otros. Los campesinos no luchan por el socialismo, bueno, no por el socialismo que todos o algunos entendemos. La vanguardia entiende una cosa por socialismo y otra cosa es lo que los campesinos entienden o creen entender.
Posiblemente, y en eso caemos ya en elucubraciones, cuando las masas campesinas hayan desaparecido por completo, subsumidas en el proletariado agrícola o industrial, sea cuando comience el segundo round: la lucha por el poder del estado por el proletariado contra la ya bien definida clase dominante. 200 años mínimo de lucha por delante.

Wallerstein maneja las categorías de potencia y subpotencia. Y ya sabemos cuál subpotencia ganó la guerra fría. Aunque la interpretacón mía es que el modelo de socialismo basado en una base industrial artificial, sin que haya mediado una fase de acumulación y falta de mecanismos de mercado para optimizar los recursos (aunado a la ideologización de la producción) determinó que en la carrera por la industrialización y consumo de las masas la URSS no haya aguantado el ritmo y decayera. China por otra parte, ha integrado mecanismos de mercado a su economía, manteniendo el control del Estado.

Todos los socialismos son sui generis.

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