domingo, 5 de enero de 2014

El Hombre de Mainisicu

Hace un par de dias tuve la oportunidad de ver otra joya del cine cubano: "El Hombre de Mainisicú" en la cual un campesino revolucionario se infiltra en las bandas mercenarias apoyadas por la CIA que luchaban contra el nuevo gobierno revolucionario en las montañas de Escambray. Esto sucedió entre los años de 1959 a 1966.

Silvio Rodriguez tiene una canción sobre este hombre, que durante años ayudó a la Revolución Cubana desde "las entrañas del enemigo" como dicen en aquella serie de suspenso y espionaje (cubana también):   "En silencio ha tenido que ser".
El hombre bebe una copa ancha,
aunque no cabe el peso de su extraña gracia,
y brinda por la muerte de su abril.

Después se sube a un sitio inexpugnable
y canta un canto que suena agradable,
mientras por dentro vuelve a maldecir.

El hombre niega de su rica tierra,
es su propio enemigo en esta nueva guerra:
el hombre vio su rostro sucumbir.

Que se abra bien la casa de la historia,
que se revise el trono de la gloria
porque un hombre sin rostro va morir

¡Oh qué sensación,
no tener rostro y contemplar el mundo
con ojos tan profundos
como con ojos de guardián del sol!

¡Oh que sensación
no tener rostro al enfrentar la muerte,
correr la doble suerte
de rastreadores y de perseguidos,
teniendo tanto de estrella escondido!

Cuánto millón de rostros no tendrá
el que nos regaló la claridad.

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