viernes, 24 de septiembre de 2010

Las paradojas de la Historia. Venezuela.


El fin de semana hay elecciones en Venezuela. Este hecho no debiera despertar mayor interés sino fuera porque en los ultimos 12 años cada elección en Venezuela calienta las cadenas noticiosas desde Canadá hasta Chile. No sé de Europa, pero supongo que El Pais hace lo suyo.

El título del post lo escribí pensando en mi propia experiencia hace 12 años cuando Hugo Chavez llegó a la presidencia. Para mí era un milico más, similar a los nuestros: desalmado, sanguinario, criminal, extremadamente estúpido y de derecha (of course)... tras de sí un intento de golpe de estado (1992). Quién apostaría por él y su papel en la Historia? y 12 años después es la misma personificación del demonio para la "gente de bien" de allá y de aquí. Hasta Dionisio Gutierrez le dedicó un programa, donde estaba Carlos Sabino y un par de personas más que no supe reconocer. La temática: Venezuela debe despertar y destruir la dictadura... el problema radica en que no quedó claro qué dictadura hay que destruir: la del pueblo organizado o la del capital oligarquico y golpista.

Leí en alguna parte que Chavez empezó a curiosear sobre las ideas socialistas cuando interrogaba a guerrilleros maoistas capturados allá en los 70. Por una casualidad del destino, también en la Academia militar les enseñaban ciencia política o llevaban cursos de ese tipo. No creo que de la misma clase que de los de la Marro aquí en la Politécnica... si fuera así, los militares nuestros no serían tan imbeciles y no serían un lastre para nuestro país. Me recordó a Turcios en Guatemala y al capitán Carlos Lamarca en Brasil, quien después de pasar un tiempo en el Egipto de Nasser terminó leyendo a Marx y desertando del ejército. Cayó en combate el 21 de septiembre de 1971.

La paradoja radica en que quién iba a pensar que un chafa iba a remover los cimientos de la derecha y la modorra de la izquierda después de la caida del muro de Berlín. Yo no daba un centavo por él, y ahora es la mayor amenaza al sistema oligárquico en Latinoamerica, así como lo fue la Revolución Cubana en sus mejores momentos.

El caso es, que la Historia con su marcha tan sui generis no nos deja de sorprender. Ayer perdimos a un soldado de décadas, mañana tenemos a un pueblo elevando su conciencia de manera insospechada.

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